Crespo: La tienda de deportes de Triana

Crespo

¿Quién no ha tenido que ir a Crespo alguna vez?

Crespo es el dueño de la tienda de deportes de la calle Condes de Bustillo, un comerciante conocidísimo.

No sólo cuando comienza el cole, con el tema de los uniformes y la ropa de deporte o gimnasia, sino en cualquier ocasión. Todos hemos tenido que comprarnos unos botines, o un chándal o una sudadera.

Y para esas ocasiones, no hay que salir Triana, ahí está «Deportes Hnos Crespo» o «Crespo«, como se le conoce popularmente.

Crespo

Este frecuentado comerciante lleva en el barrio desde que se licenció de la Mili con 19 años, y ya hace 30 de eso.

Su padre, que era el constructor del edificio, por diversas circunstancias se tuvo que quedar con el local en que hoy se ubica la tienda (aunque ya se lo habían señalado con una entrada). Ante esta eventualidad, le devolvió la entrada a la compradora y en vez de intentar venderlo de nuevo se quedó con él. Animado por los enfáticos cometarios de un cuñado que tenía su propia tienda de deportes, le montó una a su hijo.

Cuando éste llegó del Ferrol le tenía hasta la mercancía colocada.

Desde entonces está en el mismo sitio. No se ha dado de baja ni un solo día.

En su tienda, antes eran dos, hay de todo (menos aspirinas). Siempre encuentras algo que te viene bien.

Crespo -buena persona y con estilo propio- tiene un arte especial para vender.

No sé como se las arregla, pero siempre tiene lo que buscas. Y si no, algo similar que te da el apaño; Y encima, te lo pone a buen precio.

Cuando no ve muy convencido al cliente por cuestión de precio, le pregunta «¿cuánto tenía pensado gastarse?». O a los muchachillos «¿cuánto te deja tu madre gastarte?» y rebusca en ese almacén suyo. Es raro que no encuentre algo que se adapte a tus necesidades.

De su tienda siempre se sale con la convicción de haber hecho un buen negocio. No llegamos a saber si el buen precio es porque el artículo es que está descatalogado o qué, pero siempre nos vamos felices con la compra.

Y es que Crespo tiene un arte innato para vender y le gusta que sus clientes salgan contentos de su tienda.

Es un artista en su profesión.

Crespo

A Crespo lo hemos conocido siempre soltero -y sin compromiso- pero últimamente le ha cambiado la carilla. Sonríe más, se deja asesorar, se le ve más feliz y hasta más gordito.

No sabemos qué le pasa.

No sé, no sé…. pero los ojillos se le van detrás de Mercedes, la amable dependienta que le acompaña desde hace tiempo .

No sabemos nada, pero nos lo figuramos.

Sea lo que sea que le pase a Crespo nos alegramos con él, nos gusta verle contento. Y que cuando volvamos a su tienda, a por esa camiseta, o esas calzonas, o lo que se rodee, que nos siga poniendo buen precio.

Por cierto, Crespo tiene un nombre, se llama Jose Manuel aunque para los del barrio será siempre: Crespo. Y lleva con mucho orgullo decir que nació en «su Eminencia» y que sus raices están en El Coronil de donde eran sus abuelos.

PD: Respecto al misterio de por qué escribe ese chorro de números en la caja de los zapatos o en la etiqueta del producto cuando te lo vende, no tenemos respuesta. Le tendremos que decir que nos resuelva la duda la próxima vez que le compremos algo.

 

 

Crespo

 

Crespo con los sobrinos (1996)

 

 


 

 



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