Este rincón de Triana merece especial atención no solo por su belleza sino por ser éste, el Año del Jubileo de la Misericordia.
Nos referimos a la Basílica del Cachorro en cuya fachada, construida a mediados de los sesenta del siglo XX, nos detendremos. La puerta de acceso al templo hermosa de por sí, es durante este año, Puerta Santa.
Nos detenemos a contemplarla y nos fijaremos en las representaciones de los laterales y el arco de la misma que nos muestran los misterios de nuestra redención y escenas de la vida del Señor. Todo ello mediante magníficos paños de azulejos de cerámica trianera. El conjunto de retablo, o panel de azulejería con este tipo de representaciones, es un bien urbano-cultural a título de museo.
Bajo el arco de la entrada nos encontramos con la obra de Mensaque, destacando el dibujo central (La Piedad), de Juan Antonio en 1997 y que ejecutaría el Pintor y Ceramista Antonio Hermosilla.
En el lateral derecho según se entra y de arriba abajo, (del cielo a la tierra como indicando lo que el Hijo de Dios a hecho por los hombres), encontramos las escenas de la Pasión.
La Expiración del Señor está justo en el centro, entrando por la puerta, dentro del templo, magníficamente representada en la imagen del Cachorro.
En el frontal del arco la Piedad como se ha dicho.
En el lateral izquierdo y de abajo a arriba, (de la tierra hacia el cielo) los acontecimientos gloriosos del Misterio Pascual, indicando la victoria de Cristo que eleva al hombre, a la humanidad.
En la parte superior recorriendo todo el arco, si nos fijamos, contemplaremos escenas de la vida de la Virgen y de la infancia del Señor.
(continuará)
Fotos: Santiago Martín Moreno
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