Trocitos de historia.
Richard Ford, el famoso viajero inglés, sevillano ya auto adoptado por las necesidades climatológicas de la enfermedad de su esposa, cruza este año el puente de barcas y llega «al suburbio de Triana, la mora Tayaranah». Contempla los restos del Castillo convertidos en mercado, describe someramente la parroquia de Santa Ana, habla de la loza y cerámica y de los ricos naranjales de la huerta de Los Remedios para, finalmente, pasear por la calle Castilla hasta llegar a la Cartuja.
Pero a este mister con gustos de lord, no le atraen ni el fuego de las fraguas ni el eco doliente o festivo de los gitanos trianeros que ya interpretaban dentro y fuera del barrio, con gusto y fama, cantes y bailes.
Ángel Vela Nieto
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