Aquellos corrales de vecinos

Corral de vecinos en Triana año 1936 fotografía Pierre Verger
Corral de vecinos en Triana año 1936 fotografía Pierre Verger

El doctor Hauser, un viajero escritor, dejó en 1881, este testimonio: «El barrio de Triana se distingue por el número mayor de corrales de vecinos; pues las parroquias de Santa Ana y la O cuentan con 69 con 5230 almas».

Corral Calle Castilla, 88
Corral Calle Castilla, 88

La pintoresca fisonomía de estos reductos urbanos que aún sorprende la sensibilidad de los forasteros, albergó -desde luego muy precariamente- lo mejor de la idiosincrasia de los barrios populares. La densa atmósfera de vida, la explosión continua de hondos sentimientos por los sucesos cotidianos donde coexistían la pena y la fiesta, el diario milagro de supervivencia que resurgía en cada patio, modeló la identidad de aquellas familias en la estrechez de las salas y alcobas y en la anchura común de la extraversión,  donde los chiquillos organizaban su recreo de corto recorrido y los mayores buscaban el sol o la sombra para fundir aún más sus vidas bajo los filos húmedos de la ropa tendida.

La mayor parte de estas casas fue abandonada a la ruina y desalojadas después, y los solares, apetecidos por los especuladores, auparon hasta la extenuación imponentes bloques de pisos que atrajo a gente extraña. No, no vamos a añorar esta forma de cobijo, aunque la corrección de sus defectos fuera factible, pero si echamos de menos aquella convivencia, la solidaridad que hoy se restringe a rincones aislados que las autoridades deben proteger y dignificar.
Ángel Vela Nieto

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