Cerámica Santa Ana

En esta fachada se pueden distinguir tres partes perfectamente delimitadas:

La parte superior con las dos grandes imágenes alegóricas a la prudencia y al trabajo, obra de Manuel Arellano. Este artista, nace en Sevilla en 1858, hijo del pintor y decorador Manuel Arellano Oliver. Sus profesores fueron su propio padre y Eduardo Cano. Trabajó en los talleres de Francisco Diaz, Manuel Soto y Tello, la Cartuja, José Mensaque y Vera y, en 1890, entró a trabajar en la fábrica de la Viuda de Gómez. En esta firma entró por indicación de Manuel Corbato, director de dicha firma.
Los dibujos de la fachada superior tuvieron que ser realizados entre 1890 y 1892, año en el cual,hay fechada una fotografía, en la que aparecen las dos figuras.
En 1903 se dedicó a la política y siguió trabajando la cerámica. Murió en 1906, cuando al visitar a su padre, enfermo de gravedad por una infección contagiosa, el mismo enfermó, falleciendo ocho días después que él.

La parte central está ocupada por el rótulo comercial » Rodriguez Diaz– Cerámica Santa Ana», obra realizada en cuerda seca por Gonzalo Fernandez Olmedo (cuñado de Antonio Kiernan) perfilado por Manuel Soto y rellenado por las pintoras María Navarro, Concha Oliveros, María Kiernan y Encarnación Postigo.

La parte que comprende desde el rótulo hasta el zócalo son de Antonio Kiernan, tanto los cuatro medallones como los adornos tipo renacimiento y están fechados en 1948.
El zócalo siempre se le ha atribuido a Kiernan, pero los dibujos son de Ramón Portillo, que los sacó de un libro sobre cerámica alemana, y fueron pintados por Gonzalo Fernandez Olmedo y Manuel Soto.

Las guirnaldas de barro cocido, representando angelitos, se deben a Emilio García García, escultor y decorador, padre del también escultor Emilo García Ortiz, en el taller de la calle Alfarería 20.
Para terminar, un dato hasta ahora poco conocido. El origen de lo que es hoy Cerámica Santa Ana se debe, según todos los datos, a la compra de unos barreros, propiedad de Montalban, por parte de D. Antonio Gómez, y en los cuales se construyó una fábrica de cerámica. He podido leer unas escrituras del año 1598, según la cual ya existía en dichos terrenos una ollería. Con lo cual, el germen de lo que hoy es cerámica Santa Ana podríamos situarlo en esa fecha en lugar de la de 1870.

Ángel Bautista Guerrero





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