CORAZONES DE TRIANA

Mi querida Triana…

Me despierto con infinidad de noticias sobre tu tierra; la más bonita y esperanzadora es que mañana te estrenas en la fase 2, pero, también, hay titulares que me llevan nuevamente a esa Esperanza que llevas tatuada en tu piel trianera, “Las ciudades andaluzas se reinventan, Las farmacias al pie del cañón, La confusión de las mascarillas, El banco de alimentos de Sevilla ante la hora de donaciones…”, noticias, Triana que me hace pensar que estás más viva que nunca, enarbolando la bandera de la creencia, la ilusión y el optimismo que, con prudencia y sensatez, la vida vuelve a resurgir en tu corazón.

Y hablando de corazones te ofrezco estas palabras…

Nuestro corazón está escrito con semillas. Late al ritmo del tambor de su simiente, por eso a veces desafina. Quizá porque no tuvo buenos maestros, o nosotros no supimos enseñarle a ser fuerte y honorable en la orquesta vivencial.

Algunos están agujereados a punta de pistola; están muertos, aunque sigan latiendo.

Otros, tienen descosidos sus bolsillos por donde se desangran sin poder escuchar la música amable de la vida.

Y, hay una mayoría, cuya vestimenta es su hermosa piel de oso solidaria dispuesta a calentar los corazones fríos y desmembrados.

Lástima que esta última especie no sea demasiado conocida; el marketing de los medios prefiere a bandas de corazones musicales chirriantes para sus letras y programas; dan audiencia lectora y visual… Todos ellos, un esperpento de malas sinfonías.

Cada día nuestros corazones se debaten entre el bien y el mal, lo que se espera de nosotros y lo que nosotros queremos, todos condicionados por nuestro entorno, sintiendo una música que no nos deja ser libres para escuchar la mejor banda sonora que se acomode a la verdadera esencia de lo que cada uno es…

¡Cuídate mucho mi Triana bonita y hasta la semana que viene!

M Ángeles Cantalapiedra, escritora
©Largas tardes de azul ©Al otro lado del tiempo ©Mujeres descosidas ©Sevilla…Gymnopédies ©Un lugar al que llegar