DAME TU MANO, MADRE

Esperanza de Triana

Dame tu mano, Madre… No hay olvido en mis palabras, no hay descuido en mi corazón. Imposible omitir mi primera vez ante ti, Madre.

Dame tu mano, Madre… A una esquina de tu manto arremoliné  mi esencia de humano perdido. Tú, me tendiste tu mano y ahí me quedé.

Dame tu mano, Madre… Desde entonces soy marinera, y en un mar de amor me muevo. Y no parto de ti hasta que mis dedos de agua bendita me bendicen.

Dame tu mano, Madre… Imborrables mis tiempos sin reloj junto a ti, escuchando tu voz en mi corazón, mis silencios ante ti, implorando un perdón por mis desvaríos terrenales. Dame tu indulto, Madre.

Dame tu mano, Madre… Las certezas se acercan, tu tiempo ha llegado, y a tus pies me postro. Ritos y prodigios ya a ti huelen, Madre.

Dame tu mano, Madre… Regálame Esperanza, solo Tú me la sabes dar. Dame amor de madre y saldré a comerme el mundo.

Dame tu mano, Madre… He creído verte en mis horas mancilladas y he sentido que, allá dentro, donde rujen los desafíos, ahí estabas, Madre, calentando mi estampa para nacer de nuevo.

Dame tu mano, Madre… Y escribamos primaveras en cera y de incienso. Recemos juntas por las esquinas, oremos letanías pues no hay silencio más feroz del que no siente.

Dame tu mano, Madre… Y abramos el portal de la cuaresma y vivamos el gozo de los días que llegan ya.

Dame tu mano, Madre… Y gritemos ¡Viva tu Esperanza Trianera! Y todos juntos surquemos los días venideros con deleite y buen hacer, pues a tu vera, Madre, hay luz, hay regocijo…, Hay la sublime Esperanza.

Dame tu mano, Madre… Y cantemos tu saeta que no es otra que tu mano en la mía.

M Ángeles Cantalapiedra, escritora
©Un lugar al que llegar ©Largas tardes de azul ©Al otro lado del tiempo ©Mujeres descosidas ©Sevilla…Gymnopédies