Almohades.– Durante la dominación de esta secta árabe, el arrabal trianero dejó de ser simple alquería para consolidarse como población definida (siglos XII y XIII).
Los almohades construyeron en famoso y descomunal Castillo y el funcional puente de barcas, dos obras fundamentales para el establecimiento de familias que se sustentaban del resultado de diversas actividades.
Almona.- Así se llamó popularmente al tramo vial de la calle Castilla que rendía en Chapina. su curso (siglos XVI al XIX).
Almonas.- Nombre árabe de la fábrica de jabón, industria muy desarrollada en Triana y favorecida con privilegios reales. De su tradicional dominio por la casa ducal de Alcalá pasó a manos de un comerciante italiano apellidado Conradi. Ocupó un ancho solar que lindaba con la iglesia de la O; allí numerosos esclavos y vecinos del barrio labraban el prestigioso «jabón trianero» que en tiempos se embarcaba para América, Inglaterra y Flandes. A mediados del siglo XIX, desaparecidos los favores especiales que amparaban la fábrica, su importancia decreció disgregándose en pequeños focos de producción por este mismo sitio de Castilla.
Recientemente se han descubierto parte de las galerías de las antiguas almonas reales, verdadera curiosidad y riqueza arqueológica. Con este hallazgo y la publicación de la obra «Las cuevas del jabón» del profesor Joaquín González Moreno, la importante industria deja de ser sólo recuerdo como reza en una copla:
Almonas de Triana
sólo recuerdos,
camino en el agua
de aceite y sueños.
Por mis canciones
aún resbala la espuma
de sus jabones.
Continuará
Ángel Vela Nieto
Dejar una contestacion
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.