¿DÓNDE ESTÁ MI CABRA?

Esto lo vamos a arreglar ahora mismo y sin intermediarios, ¿vale? No se tiene que enterar nadie más, ¿vale? Lo preguntaré una sola vez, alto, claro, conciso y directo…

¿Dónde está mi cabra? Donde quiera que esté, mi cabra es mía…, que lo sepáis.

A fecha uno de enero del dos mil dieciocho, ¿quién de los veintiuno mil ochocientos ochenta y tres varones y veintiséis mil quinientas veintinueve mujeres, que hacen un total, si sumamos bien y no bailamos los números aunque tengamos ganas de bulerías, hacen, como decía, un total de cuarenta y ocho mil cuatrocientos doce trianeros se llevó mi cabra Eustaquia?

Sé, de buena tinta, que fue un trianero, no el que se llevó farolas, luces y todo lo que encontró en el puente de Triana. No, esos fueron los del ayuntamiento para la recepción real, lo sé. Yo hablo de mi cabra, de Eustaquia.

¿Acaso os pensabais que como Cantalapiedra estaba firmando en la feria del libro de Valladolid no se iba a enterar que un trianero dio el cambiazo, se llevó a  la cabra y puso a Paco en su lugar?

Pero, ¿dónde habéis visto, almas de cántaro, en un desfile desfilar a un poni, rediez? Que me hacéis hablar hasta mal…Un poni, un poni  que, para más inri, con la caló que hacía, era negro, que iba el pobre que no daba abasto con ciento sesenta pasos por minuto, bajo y rechoncho.

¿Qué os pensabais? Que porque fuera negro, ¿iba a pasar desapercibido? Encima, al bueno de Paco le colocáis el chapiri de medio lau, que parecía que venía de una noche loca y se había puesto el gorro no se sabe muy bien dónde.

Por favor, antes de que vengan los regulares a noventa pasos por minuto, ya sabéis que estos tipos son más calmados que los legionarios, ¿dónde está mi carro? No, perdón, ¿dónde está mi cabra? Donde quiera que esté, la cabra es mía.

Puedo perdonar, que no perdono, que Sevilla haga hijo legítimo a Alejandro Sanz y no a mí como debía haber sido, que llevo treinta y tres años siendo una ilegítima, ¿no os da vergüenza? De verdad, ¿no os da apuro que una muchachita de Valladolid sea una ilegítima vuestra?

Para remate, preparáis unas jornadas maravillosas, sin un pero qué poner para desdicha de los cotillas y luego, vais, dais el cambiazo y ponéis a Paco… ¡Pobre Paco!

¡Pobre Paco! Si hasta me han contado que terminó dándose un chapuzón en el Guadalquivir antes que le diera un golpe de calor.

¡Ya te vi! Sí, sí, ese, el del fondo a la derecha mirando pa Cái. Sí, ese tiene la cabra… ¿Qué, acaso te la pensabas llevar al Rocío o qué?

MªÁngeles Cantalapiedra, escritora

#Sevilla…Gymnopédies #Mujeres descosidas #Al otro lado del tiempo #Largas tardes de azul

PD. Foto extraída del Diario de Sevilla, realizada por Juan Carlos Vázquez