Triana, 1927.
Mientras Belmonte disfrutaba de su retiro pidiéndose a gritos su vuelta a los ruedos, el joven «Gitanillo de Triana» torea el mismo día festivo de Santiago tres corridas: En San Fernando, por la mañana; Sevilla por la tarde, y en Córdoba en festejo nocturno. La carretera era otro enemigo, pero estos hombres son de acero. Lo cierto es que Triana disfruta de un nuevo ídolo -también conocido como Curro Puya- del que esperan muchas tardes de gloria.
El mismo día de la Patrona se inaugura en el corral Montaño, Pagés del Corro, 22, frente al cuartel de los civiles, un consultorio de «Los amigos del niño», dirigido por don Manuel del Castillo. En la otra orilla, en el corral del Conde, ya existía uno. Eran los corrales de vecinos más grandes y habitados de Sevilla.
Ángel Vela Nieto
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