EL “LIGAO”, UNA DEMOSTRACIÓN DEL MANEJO DEL COMPÁS

En mi blog personal, con anterioridad, intenté dar una opinión personal sobre lo que significan los tercios en el cante. Aquí:

http://miflamencoymipoesia.blogspot.com.es/2012/10/los-tercios-en-el-cante.html

Viene a cuento porque en el ligao, que es el tema a tratar en esta entrada, los tercios tienen una importancia fundamental, ¿Porqué?

Porque lo que se liga cantando, precisamente, son los tercios, modificando la estructura del cante, uniendo, dos o más en algunos casos, o encadenando en un solo tercio toda una estrofa, como en esta soleá del Zurraque que nos dejó Antonio el Arenero,

Si a ti te quiere tu mare

y a mi me quiere la mía

y a ti te quiere de noche

y a mí de noche y de día

quien la realiza sin respirar, de un tirón, es decir, en un solo tercio:

¿Se “istingue”? Pero como casi siempre, como paradigma del cante, cito a Tomás,

Amapolas de un trigal

corté flores de un almendro

y amapolas de un trigal

y comparé sus colores

con los tuyos, soleá,

cuando me hablas de amores

 

1:08 Convierte dos estrofas en un tercio, sin respirar.

1:23 hace lo mismo en la ”e” de “colores” en una hermosa escala.

Por lo general, todos los cantaores ligan, aunque se den casos y casos; hay otros que se lo tragan, suave, profundo, y otros que se paran. ¡¡¡Pero pararse hay que pararse!!! Claro que sí, amigo, me has pillado, pero pararse cuando se debe, porque hay primeras figuras, y no señalo, que se paran cuando no deben, a verlas venir (compás). Y están ahí, viviendo de eso. De otros se dice que ligan poco; a lo mejor es que no tienen esa capacidad, o cargan toda la melodía en medio de las estrofas. Eso tambien es cantar bien, pero, personalmente, prefiero el “ligao”

A veces, se puede ligar con una frase que no corresponde a la estrofa original, alguna palabra suelta, óles o un embuste, tenemos una ejemplo en estos fandangos de Caracol, en los que suelta un “porque” de su propia  cosecha entre los des versos “Carmen la portuguesa (liga) en 1:20 los lleva p´acá y p´allá…”

Tres elementos fundamentales tienen que darse para mantener un “ligao”, en principio, la capacidad pulmonar, la melismática y sobre todo un  sentido rítmico,lo de esta  que en flamenco, por lo general, suele llamarse “tener compás”, y que para hacer estas cosas, en los “ligaos”, como dice el título de esta entrada, hay que disponer de esa habilidad, un absoluto control del manejo del compás, porque hay algunos que se pierden en el adorno desmesurado y entran tarde, mal y nunca.

Ha habido, a lo largo de la historia del flamenco, muy buenos maestros del “ligao”, como Carbonerillo, Vallejo, Terremoto en su soleá, ay, ay, y tantos otros, como, por supuesto, Pastora. A ver qué piensan de ese “no” 0:37 que borda entre “que te quería no lo niego”

https://youtu.be/gQ2uqBdwYYU

También se “istingue”, ¿o no? Lo mejor de la historia. Pues eso. Y como siempre, recuerden que estas entradas son visiones particulares, sin intención didáctica alguna y responden a opiniones personales.

 

José Luis Tirado Fernández

 

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