
Cinco años de la muerte de un trianero de hondas raíces, Francisco Moreno Vega, último heredero de un título de honor de la comunidad calé de la vieja Cava, el de «Curro Puya» que detentara, primero de la dinastía, uno de sus antepasados a mediados del XIX, torero y cantaor. Cada «Curro Puya» era un jefe, un líder legendario defensor de las causas gitanas. El nuestro, el que tuvimos como amigo, fue un novillero al que una grave cogida lo privó de triunfar porque llevaba la sangre de Francisco Vega de los Reyes, otro «Curro Puya», mártir de la torería, y de su también tío carnal, Rafael, ambos «Gitanillo de Triana» en los carteles. Curro destacó después como subalterno, pero su mayor triunfo lo obtuvo en la calle, en su calidad de ser humano. Fue pilar de la Peña Trianera, dejó su exquisitez en una escuela taurina y en su barrio una honda tristeza.

Dejar una contestacion
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.