ENERO, TRIANA, ERES TÚ

Mi queridísima Triana, comienza enero, liso y llano, tan encrespado de bolsillos vacíos y tan habido de sueños por hacer. ¿Sabes? Me encanta enero pensarlo en silencio, de campos baldíos descansando los temores de un humilde labrador y esperando primaveras de siembra y veranos recogiendo su fruto.

Adoro enero tan puro como un niño chico que crece en mis brazos mientras mimo sus renglones en letras tartamudas de anhelos, utopías y proyectos. Siento su frío helado, Triana, y lejos de espantarme, aligera mi espíritu diciéndome “Niña, tienes doce meses. Espabílate y píntame las sienes de azul y azahar. Achica aguas y extiende de alegría tus brazos. Lo tuyo no es el llanto y sí el alegre compás de tus pies cada amanecer al avanzar en una plegaria que anime a la buena obra de cada día. El futuro es tuyo, así que aplícate cómo lo quieres escribir, de faralaes o plañidera, tú misma”

Ante tales advertencias, mi Triana bonita, me pongo manos a la obra por hacer, tengo de todo, enero me lo ofrece en bandeja de plata en mañanas del Guadalquiví y en tardes de oro para balancearme en sus aguas como un remanso de remeros avanzando al Atlántico.

Enero me ofrece cuarenta y cinco mil naranjos dispersos por toda Sevilla y azahar de primavera. No habrá incienso ni cera callejera, ni tampoco Estrellas y Esperanzas alumbrando un domingo y una Madrugá. Tampoco fiestas de primavera, pero, ¡qué más da!, enero me concede el don de la caligrafía para que mi corazón escriba los mayores gestos que un alma humana puede hacer.

Enero, enero, enero, me engancha en su regazo inmaculado para regenerar mi impostura de buenas artes y mayores hechos. “Son tus manos, es tu corazón quienes dictan tus futuros. Apresúrate, saca lápices de colores, goma de borrar, pinceles y demás arsenal para que hagas del 2021, la mejor acuarela de tu vida”

Enero, mi querida Triana, eres tú, soy yo, somos todos, que avanzamos unidos en porvenires por construir con la ilusión, el descaro y la buena fe que nadie nos tumba porque siempre habrá alguien que nos ayude a levantarnos de nuevo.

Enero, Triana, eres tú.

MªÁngeles Cantalapiedra, escritora