
O DE SOL
Viernes Santo…
Atardecer de Triana;
Ya el Sol le besa su manto,
Sevilla, besa su Cara;
Y el Puente, entre dos orillas
de un Guadalquivir de Nácar,
toma el aire de la tarde
para ponerlo a sus plantas,
y que descansen sus pies
en tan larga caminata
por los senderos del mundo,
por los caminos del Alma.
Pero, cuando está en Castilla,
la calle de más compaña
cubren su paso de un llanto
más dulce que la manzana,
como el que pone Callao
cuando la tiene en su entraña,
y la va piropeando
hasta romper las gargantas.
Por San Jorge, que delirio;
Le cantan con tantas ganas
que apagan el griterío
de una Altozano gitana
bañado de escalofríos.
Pero la Plaza es distinta
cuando en medio de ella está…
Ya no la llaman Señora,
ya la llaman Majestad.
Virgen de la O, Señora;
Nombre tan sonoro y breve
como aquél del corazón
que llenándose de amor
hace su paso más leve.
Virgen de la O, Señora;
Eres Tú, la maravilla;
¡Aquella Rosa de Grana
que Dios regaló a Sevilla,
pero que puso en Triana!
Santiago Martín Moreno
Foto: Jesús Daza
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