La cuestionable modernización del Altozano

Triana, Altozano, 1926

Triana, 1926.

En el primer desbarajuste de las obras del Altozano cae la vieja y mítica casona de la taberna de «Berrinche», donde dicen que Manuel Cagancho cantó aquello de… «Estando en el Altozano/ comiéndome unos piñones,/ oí una voz que decía:/ Tira pa los Callejones/ que viene la policía».

El popular propietario y Borbollista, Emilio Gordillo Ochoa, en el último año también de su existencia, se pasa al otro lado de la plaza donde abrirá las puertas de su moderna taberna, «El Sol Saliente».

Tras «Berriche» desaparecerá el conjunto arquitectónico isabelino: Capillita del Carmen, Torre del reloj y la casa-tienda de «La Unión Palentina» de Maximino Alonso; aquella a la que «Galerín» nombrara «plaza del Sol de Triana», da paso al moderno Altozano de la Exposición Iberoamericana.

 

Ángel Vela Nieto.