LA MISIÓN DE TODOS

SEVILLA 30/10//2021 SALIDA DEL GRAN PODER DESDE LA PARROQUIA DE LA CANDELARIA HASTA SANTA TERESA SANTA MISION GRAN PODER TRES BARRIOS .archsev FOTO MANUEL GOMEZ

Y Sevilla salió a la calle un dieciséis de octubre a contemplar a su Señor que iniciaba la Misión más difícil. Manuel no entendía tanto revuelo, la ciudad, sus gentes de toda condición, pegados al asfalto. Los periódicos llovían noticias, las leía entre la curiosidad y el escepticismo. Don Cosme lo encontró imbuido en un mar de letras, sonrió y le dijo:

  • El Señor nunca camina solo aunque te cueste creerlo. Sus ovejas van tras sus pasos, necesitan sentir su corazón, sus palabras de aliento. Y ahora va al encuentro de ovejas sin amo, descarriadas, olvidadas, es la Misión más importante que tiene.
  • Frente a tanto desastre, inagotables injusticias, las presiones de la vida, ¿cómo tener fe en Dios?-inquirió Manuel con rabia a don Cosme.
  • La fe es la seguridad o confianza en alguien, en algo. En esta ocasión es Dios, hijo, está en la Biblia, Hebreos11:1. La fe es la certeza de lo que se espera aunque nada veas, dentro de ti nace un sentimiento, una luz inagotable.
  • No me convence, don Cosme.
  • Tú, tocar para ver, ¿verdad, Manuel? Pues síguele. No te quedes con la duda. Camina junto a Él, respira su aliento, su aire, siente su palabra, te ayudará lo que vivas estas tres semanas, tu incredulidad hallará la respuesta.

Y Manuel peregrinó junto al Señor tres semanas sin descanso. Seguía su paso reposado, su zancada larga y segura. Manuel abría los ojos a la ignorancia del que nos sabe, a la pobreza más absoluta, al silencio embaucador. Sí, y pasaron los días en un ay, viendo rezar a gentes humildes postradas ante El Señor susurrando en voz alta tantas penas como miserias pero mirando a su Señor con esa fe que se escapa del alma.

Manuel fue de casa en casa junto a Él, pasmado por tanto fervor, hasta que la última noche de la Misión, se sentó en un banco a contemplarlo, su mirada no se cansaba de hacerlo, no encontraba la palabra justa para expresar lo que bullía dentro de él…

  • Señor, no sé si creo, si tengo fe o no, soy un ignorante en esos menesteres. Solo sé que con solo contemplarte me siento en paz, con ganas de ser mejor con mi prójimo, conmigo mismo. Señor no sé qué Gran Poder tendrás sobre mí, pero a tu lado me siento seguro de todo mal. Eres mi pastor, tu misión es la mía.

Una bulla alegre y bullanguera recorre las calles de Sevilla, después de tiempos oscuros renacen nuevas ilusiones, los sabores de siempre regresan al ánimo de los sevillanos. Manuel trastea entre la gente contempla el Gran Poder de ese hombre que camina con zancada larga. Él prefiere el silencio pero hoy sus ovejas están por hacer sonar no solo las campanas sino además la Centuria Macarena Le jalea con Señor de Sevilla y la banda municipal con una Soleá dame la mano…

Sevilla ya duerme, el Señor  ha vuelto a casa y Manuel alza el vuelo hacia Triana hasta llegar a Pureza y gritar “Madre de mi Esperanza, tu hijo cumplió su Misión. Él no te juzga, simplemente te ama y te perdona”

Mª Ángeles Cantalapiedra, escritora

PD. Fotografía de Manuel Gómez.