Nos detenemos en la Plaza de San Martín de Porres II

Tranvía Triana

Cruzad a la glorieta situada en medio de la plaza y acercaos al flamante tranvía amarillo que en ella se sitúa. Fue colocado a finales del año 2012 gracias a la iniciativa del vecino y fotógrafo de la calle San Jacinto Gabriel Sánchez, más conocido como Gasán, después de muchos años de lucha hasta conseguir que se ubicara en este lugar, frente al sitio donde estuvieran las cocheras de los tranvías.

Éste, numerado con el 314, era del tipo telera y realizó desde 1944 hasta 1965 el recorrido a la Base Aérea de Tablada, por lo que se le conoció como el tranvía de los soldados. Pero durante muchos años la Plaza San Martín de Porres fue lugar de paso de la popular línea Coria-Sevilla.

Un asiduo viajero de aquellos años, Antonio Palma, recuerda esta famosa línea según recoge el profesor Tomas Alfaro Suárez del Instituto Rodrigo Caro de Coria del Río, en su artículo El Último Tranvía de Coria, publicado en su Revista Digital número 8:

 

Yo cogía el tranvía desde los cuatro años en la estación de Coria, luego paraba en la venta de Villegas y en la del Gato, camino ya de Gelves (…) Parábamos también en San Juan y en el Fielato, allí se cambiaba el pantógrafo por el trole con una cuerda. Aquí se subía Paco “el Consumista” que controlaba los alimentos que entraban en la ciudad y cobraba las tasas municipales correspondientes. En la jardinera iban cajas de albures y muchas mujeres con papelones de “pringás”, también algunas llevaban pan. Pagaban una peseta o dos reales al funcionario municipal y este después de revisarlo todo se bajaba a esperar al próximo tranvía. A veces las estraperlistas pedían “ayuda” a los estudiantes que les guardaban algunos productos en sus maletas para no abonar las tasas al funcionario.

Luego seguíamos por el muro de defensa y la Avenida de Coria, paraba el tranvía en el barrio León y el Altozano. Cruzábamos el puente de Triana y en la calle Arjona, el Barranco, estaba la parada final.

 

Donde ahora comienza la amplia y moderna avenida llamada Ronda de Triana estuvieron desde 1928 las cocheras de los tranvías de Triana, sirviendo para albergar todos los servicio del barrio y los coches de las líneas a los pueblos cercanos.

Los tranvías fueron poco a poco sustituidos por los autobuses a partir de 1960, sirviendo las cocheras entonces para albergar y reparar estos nuevos medios de transporte. Aunque tuvieron que derribarse en el año 1989 para construir la Ronda de Triana. Antes, se sacaron de sus entrañas varios coches abandonados entre los que se encontraba el 314, felizmente restaurado para la posteridad.

En el otro extremo de la glorieta podréis ver el monumento que la congregación salesiana de Sevilla dedicó a San Juan Bosco cuando se cumplían doscientos años de su nacimiento, ocurrido en 1815. Se trata de una obra del escultor Martín Lagares realizada en resina. En una placa de azulejos artísticos colocada en su pedestal se puede leer esta sentencia de don Jacinto Benavente:

Dentro de lo humano

el recuerdo

asegura eternidad”

 

Ahora dejad atrás la glorieta del tranvía y pasad a la acera de enfrente, cruzando para ello la calzada que trae el tráfico desde la cercana calle dedicada al eclesiástico y cronista de la conquista española de México Francisco López de Gómara, hasta llegar a los pies de la Sentaíta de Triana.

 

, Plaza San Martín de Porres

La estatua de María Auxiliadora fue realizada por Jesús Gavira en 1985 a instancia y gracias al esfuerzo de su eterno capataz Pepe Díaz, para conmemorar las bodas de oro del Colegio de los Salesianos, y está situada en un pequeño jardincito lleno de vida de barrio, donde veréis vecinos sentados en sus bancos o puestos de venta ambulante embutidos en un intenso trajín, bullicio propio por ser esta plaza lugar de paso obligado de las populosas barriadas cercanas, entre las que destaca el Barrio Voluntad.

Este núcleo vecinal fue erigido durante la década de los años veinte en los terrenos pertenecientes a Manuel Rodríguez Alonso, uno de los socios de la empresa de cerámica Mensaque, Rodríguez y Compañía, que existían detrás de su fábrica, situada en la calle Evangelista. Parcelas estas que se habían usado como barreros de donde habían estado extrayendo la arcilla para los azulejos, ladrillos y demás trabajos, y que su dueño ofreció a sus empleados para que construyeran sus viviendas al precio de diez pesetas el metro cuadrado.

Las primeras casas se levantaron en las actuales calles Constancia y Virtud, careciendo el barrio de los servicios esenciales de luz, agua y alcantarillado hasta que el ayuntamiento los implantara a principio de los años sesenta.

La conocida como Cerámica Mensaque se había constituido en 1917 a partir de la Sociedad Mensaque, Rodríguez y Medina situada en la calle San Jacinto 93, a su vez desgajada en 1905 de la inicial empresa de la familia Mensaque fundada en 1892 como Cerámica José Mensaque, Hermano y Compañía, con fábrica al final de la calle Justino Matute.

Los nuevos socios, Enrique Mensaque, Manuel Rodríguez Alonso y Tadeo Soler trasladaron la nueva fábrica, llamada “La Esperanza”,  a la calle Evangelista, a los números 41, 45 y 47, dejando la sede de la calle San Jacinto como exposición de las mercancías y oficinas, empresa que llegó a adquirir tanta importancia que incluso fue visitada en una ocasión por el ministro de Trabajo.

En 1949, a instancias de Manuel Rodríguez Alonso, se rotularon las calles del nuevo barrio con las cualidades de todo buen trabajador: Trabajo, Constancia, Virtud, Voluntad, Prosperidad y Lealtad.

A partir del año 1952 se fueron vendiendo parte de los terrenos traseros de la fábrica conocidos como el Corral de las Moscas, convirtiéndose en las actuales calles Virgen del Pino y sus aledañas, y en 1961 fueron rotuladas tres calles en honor a los fundadores de la fábrica que dio origen al barrio.

Pero sería en el año 1972 cuando la fábrica de la calle Evangelista se cierra definitivamente, trasladándose la producción industrial a la localidad de Santiponce aunque manteniendo un punto de venta de sus productos en el barrio, tienda que duró hasta 1993.

Sobre el solar de la viaja fábrica se construyó el Grupo Residencial San José, bloques de pisos conocidos como Los Verdes por el color de sus soportales y fachadas, que hoy existen entre las calles Evangelista y Trabajo.

(Continuará)

 

 

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