ORACIÓN

Madre, estoy perdido…

A tus pies humildemente vengo a pedirte refugio…, tu resplandor

Que la luz tierna de abismo perdone nuestros errores, y recoja las miserias del mundo que sembramos día a día de odios, rencores e incomprensiones.

Que ese fulgor, que a veces desfallece por falta de interés nuestro, no sucumba a nuestros agravios.

Esa candela incandescente, que guía al hombre, no muera de inanición; a veces, no sabemos lo qué hacemos con tal de ganar una gloria para nuestra vanidad.

Que tu claridad amanezca  cada día en nuestras vidas, pues el horizonte no es tan lejano aunque así nos lo parezca.

Ese fulgor, que perdemos por nuestra ceguera innata para ver  lo absoluto de un abrazo, no se apague nunca; los efectos nocivos de nuestros hechos impiden ver el límite de una convivencia y el respeto,  del amor entre gentes de distintas razas, pensamientos e ideologías.

Estoy harto de estar harto. Tan solo deseo compartir contigo todos los amaneceres que la vida nos permita y preservar en tu dignidad como en la mía en este camino de redención…

Madre, dame tu luz de Esperanza.

M Ángeles Cantalapiedra, escritora
©Al otro lado del tiempo ©Mujeres descosidas ©Sevilla…Gymnopédies