Eva Del Val Rodríguez, emprendedora

Eva Del Val Rodríguez, vecina de Triana, siempre risueña, alegre y con desparpajo, es una emprendedora de 38 años.

Además de su familia -con dos hijos y el que viene-, es incombustible al cansancio. Gestiona dos negocios : la panadería- cafetería de Juan Díaz de Solís y el Bar Rafa de la calle Constancia.

Su aventura empresarial comenzó cuando se quedó con la panadería en la que trabajaba: «el horno» que así es como se le conocía.

Pronto se dio cuenta de que por la zona no había ninguna cafetería y como ya era suya la panadería, ni corta ni perezosa la amplió y la hizo «panadería- cafetería», lo que resultó todo un acierto.

El público respondió favorablemente a la iniciativa.  A tomarse las buenas tostadas con un cafecito acuden las madres tras dejar a los niños en el cole (y ya de camino te llevas el pan), otros comerciantes de la zona que antes de abrir sus respectivos negocios se pasan a desayunar y a comentar impresiones, los empleados del banco u oficinas cercanas que se pasan a desayunar,  gente de paso… En fin, siempre tiene trasiego. Y luego el cafecito de después de comer y el de por la tarde.

Como eso sólo no consume toda su vitalidad, y como «no tiene tiempo de cansarse», abrió el Bar Rafa.

Éste era el negocio de un conocido que por asuntos personales lo cerró.

Se lo ofrecieron, le agradó la idea y se lanzó. Se hizo también cargo de él.

El Bar Rafa (en la calle Constancia esquina con Salado), es un establecimiento retirado del tránsito pero que tiene su público.

Un lugar  tranquilo y agradable muy apreciado, entre otros por los agentes de la comisaría de López de Gomara, que gustan de ir allí a tomarse el desayuno por las mañanas lejos del ajetreo y a disfrutar al mediodía de las comidas absolutamente caseras  que cocina Mercedes, la cocinera contratada por Eva para atender el paladar de sus clientes, o de las tapitas de la tarde-noche en el pequeño pero acogedor saloncito del interior. En esta línea empresarial de sencillez y asequibilidad, las copitas de la sobremesa las tiene a muy buen precio.

Eva es un ejemplo de mujer emprendedora. Ha pasado de empleada a empleadora. Gestiona, trabaja y mantiene siempre a punto sus dos negocios con ese temperamento resuelto tan suyo. Y tiene empleadas que se ocupan de todo mientras ella está en otras tareas, aunque siempre está encima.

Y es que la Triana de hoy está compuesta además de gente con mucho arte, por gente con inquietudes, con empuje, que emprende y que lucha.  Eso sí, sin perder esa idiosincrasia nuestra, ese gusto por la vida y por la alegría, ese arte de saber vivir bien ante todo.

Que lo uno no quita lo otro (mas que le pese a algunos).