Luis, el peluquero rumbero

En la calle Asturias haciendo esquina con la plaza de San Martín de Porres, tiene Luis su peluquería.

Luis Durán es un peluquero al que el oficio le viene de tradición. Su padre, su tío y alguno de sus hermanos se ganan la vida también con este negocio; y uno de sus propios hijos sigue con la tradición.

Sin embargo, cuando se le pregunta que por qué se decidió por esto, comenta que «es que se desvió, que él iba para electricista pero que al final, está aquí».

Y se ve que- «de raza le viene al galgo»- debe ser un peluquero estupendo porque en su establecimiento no falta la clientela.

Nunca está solo, el «chorreito» no cesa. No sólo está, obviamente, el que se está atusando el cabello, sino el que (o los  que) esperan su turno.  Y el que le llama para cogerlo.  Y eso sin contar con los que se van simplemente a disfrutar de su compañía o conversar, según esa costumbre tan nuestra de «ir a echar el rato con…», que siempre hay de que hablar, del futbol, de cómo está la cosa, de los hijos…

Entre la clientela que va a su peluquería hay mucho artista, flamencos y no flamencos, cantaores y guitarristas, «mucha gente del arte».  Y es que Luis es peluquero de profesión, pero también es guitarrista.

Lo es por pura afición y toca para él, sus amigos o la familia. Pero también afina para otros cuando le llaman, para que haga actuaciones en vivo en locales de copas, o en fiestas particulares.

Su nombre artístico es «El peluquero rumbero».

Actúa sólo o acompañado de otros artistas, flamencos o no, incluso acompañando a un mago, de ahí que tenga relación con tanta gente del mundo del arte.

Un amigo suyo alfarero de Triana, le ha hecho un jarrón personalizado con su nombre artístico para que lo tenga en la peluquería.

Lo de Luis es pasión. Lleva más tiempo tocando la guitarra que cortando el pelo.

Desde niño, con 10 o 12 años, sintió devoción por la guitarra flamenca y aprendió  tocándola con los amigos, casi por talento natural; siendo uno entre diez hermanos, la situación no daba para profesores de guitarra como es fácil de comprender.

Así que, entre rasgueos de unos, punteos de otros y muchas horas de afición, aprendió Luis.

Ahora es un experto,  entona su guitarra con emoción y sentimiento, porque le gusta. Rumbas, sevillanas, bulerías, tangos…

Como anécdota, cuando le preguntamos a Luis que si el motivo de que lleve los pelos largos es que no encuentra a ningún peluquero bueno por la zona, nos comenta que no es eso, sino que como buen flamenco se pela él sólo y que se lo deja así porque le gusta.

Así que ya sabéis, la melenita masculina está asociada al flamenco,  aunque para saberlo a ciencia cierta no tenéis mas que preguntarla a Luis. Ya sabéis donde está.

Por cierto, su peluquería es de caballeros.