Triana, 1915.
Nace otro trianero popular y polifacético llamado Francisco Gaitán, que será protagonistas por sus hazañas deportivas y sus inventos de vehículos de todo tipo.
En África no van bien las cosas para España metida en una guerra impopular e interminable. Y de allí llega la triste noticia de la muerte de un militar considerado héroe y mártir. Su padre, también militar, vecino de la calle Betis, recibe la comunicación oficial. Su valentía será reconocida en Sevilla con un homenaje y la rotulación de la vieja calle Matamoros (precisamente) con su nombre: Francisco Antillano Campos.
Gracias al patrocinio de la familia Fernández-Palacios y en terrenos de su pertenencia (almacén de hierros y maderas), se inaugura en la calle San Jacinto y en hermoso y amplio edificio, el colegio del Protectorado de la Infancia que será atendido por hermanas de la Caridad.
Ángel Vela Nieto
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