TRIANA. EL MONTE PIROLO Y LA CAVA (Segunda parte)

TRIANA. EL MONTE PIROLO Y LA CAVA
cava 1975

Este nombre debió acuñarse en la segunda década del XX, dado que esa foto de referencia y que apareció en la anterior entrada de este blog, está tomada justamente desde el sitio exacto donde estuvo el Monte Pirolo. Mi abuelo decía que se había formado a partir las escorias procedentes de obras y reformas y otros desechos que los propios vecinos arrojaban en ese sitio, solar resultante de la demolición de ese edificio industrial y otras casas, que dieron como resultado la desaparición de la calle Puerto y otras. Por lo tanto, y en lenguaje popular, ese lugar fue un estercolero hasta el trazado de la actual plaza y su entorno.

Sobre la foto aparecida en la entrada anterior, podemos situar unos puntos de orientación, que nos ayudarán a localizar lugares que hoy serían difíciles de reconocer.

1.- Boca de entrada a calle Paraíso, esquina donde más tarde se edificaría el templo de San Vicente de Paul, cuyos terrenos, a primeros del siglo XX, fueron adquiridos por el Conde de Bustillo para edificar las escuelas salesianas, pero se desechó la idea por la poca extensión de los terrenos y fueron vendidos a los padres Paúles por el mismo precio. En esa esquina, marcada con el 1, está la boca de la calle Paraíso, y posiblemente ya en obras, porque podemos apreciar, delante de la tapia, un hombre sentado en una silla, seguramente un guarda de obras.

2.- El edificio marcado con el número 2 existe todavía, como podemos apreciar en esta foto actual.

3.- Boca entrada calle Ardilla.

4.- Colegio Reina Victoria (en la actualidad José María del Campo).

5.- Los casetones de la azotea de Villa Troya revelan la boca de calle Troya.

6.- Boca entrada calle Diana, actual Rosario Vega.

Veámoslo ahora desde el otro ángulo, con los mismos referentes:

Y esta otra, en la actualidad, con los Paúles terminado y la actual esquina de Diana reconvertida.

BAR EL BAÚL

Mi abuelo lo conoció en plena actividad, y atribuía dicho nombre a que estaba totalmente forrado con carteles de  toros. En el libro de Ángel Vela “Triana, la otra orilla del flamenco”, podemos leer:

<<Taberna típica, perla húmeda del “Monte Pirolo” donde confluía el arte cañí de Triana, situada en el corazón de la Cava de los gitanos, justo en la esquina de la vieja calle Diana (hoy Rosario Vega) con Pagés del Corro. Galerín, el singular reportero, nos hace en 1921 una sabrosa descripción del lugar y sus usos: “Hace tiempo era una cuadra con un mostrador, dos camarotes donde se entraba de canto y una salita adornada con Lidias antiguas (…) Hoy han variado la decoración y en la misma Cava sigue El Baúl, pero no aquel Baúl forrado de piel de burro, sino un Baúl de expreso. En El Baúl se improvisaba a diario juergas con los mismos gitanos que vivían a dos pasos. Las juergas siguen, pero la casa ha mejorado de aspecto y ha perdido mucho con ganar en lujo”. Y remata Galerín con visión humorística y publicitaria: “Hoy conserva algunos rasgos der cosa de Sevilla, particularmente la muestra que dice: Venta el Baúl. Dios sea con todos. No se fía ni a mi padre hasta luego. Este letrero hay que explicarlo para aquellos que no son de Sevilla. Es muy frecuente en las tabernas dejar fiado, diciéndole al dependiente “hasta luego”. Estas dos palabras que en otro sitio son de despedida, aquí es dejar una cuenta en la taberna. Por eso en el Baúl no reza ni con el padre del dueño”.

Este lugar que mereció tan prolija descripción para la sonrisa, subsistió hasta pasada la guerra civil. Allí paraban los toreros gitanos con sus amistades de dentro y de fuera buscando el cante y el baile que solían estallar, por simpatía o en fiestas organizadas, entre los gitanitos del lugar. Los Gitanillo de Triana y Cagancho frecuentaban el Baúl y a su presencia acudían los chiquillos como a los padrinos más generosos. Por recuerdos de La Bella sabemos que cuando Manuel Torre venia a Triana llegaba al Baúl, “el bar más grande que ha habido en el mundo, que estaba en pleno Monte Pirolo, donde venía gente muy importante. Un día le preguntó a mi sobrina Pastora que quién le había enseñado a cantar y ella se levantó y le hizo allí una demostración de cante y baile.” (Triana Universal, 2002).

De este relato afloran unas conclusiones que en absoluto contradicen lo que me contaba mi abuelo, pues Galerín no cita en ningún momento el nombre de “Pirolo”, sino la Cava. Sobre el número 6 que aparece en la boca de la calle Diana, de la primera foto, se puede ver un toldo que muy bien podemos relacionar con dicho establecimiento de bebidas. Centro neurálgico, por su situación, ubicada cerca de sus viviendas y sus fraguas, del cante de los gitanos de Triana, que es como decir del germen lógico de nuestro arte.

José Luis Tirado Fernández