
Desde el punto de vista del flamenco, sería una grata noticia histórica poder afirmar que los gitanos hubieran accedido a la península allá por el siglo XV por el Sur, y que se vinieron directos a Triana, pero no, no fue así.
Si a las calles se las rotuló a partir de la toma de Sevilla por San Fernando y la organización que se hizo a partir de entonces de barrios, collaciones o cuarteles atendiendo al nombre de sus habitantes en lo respectivo a sus profesiones, procedencia, religión, o bien como en el caso que nos ocupa a su procedencia étnica –y ya que la actual calle de Jáuregui, a principios del XVI se llamaba calle de Gitanos-, habrá que conceder a la zona de Santa Catalina-Puerta Osario haber sido el primer asentamiento de los gitanos en Sevilla.
Durante todo este siglo, el XVI, y hasta el VXIII, son pocas y veladas las noticias que tenemos sobre este pueblo, que, aunque tradicionalmente errante, se asienta en la ciudad sin especial inclinación, a excepción de Triana, por razones que más adelante y en esta misma entrada podremos distinguir. Así como judíos y moriscos disponían de sus propios barrios donde convivían, trabajaban e incluso se enterraban (ejemplos de las excavaciones realizadas en Cano y Cueto y de la plaza de San Pedro que antes de ser la primera fábrica de tabacos de Sevilla había sido un cementerio), los gitanos tomaban asentamiento en distintos barrios, por lo que podemos desechar núcleos habitados exclusivamente por ellos. En unas partes de Sevilla había menos, y en otras, como Triana, había más; sabemos que a finales del XVII la mitad de la población romaní residía en su zona sur, alrededor del Monte Pirolo y la cava, preferentemente, por su humildad y pobreza, en corrales y patios de vecinos donde se integraban con más frecuencia, aunque también a extramuros y en lugares cercanos al matadero, en la zona de la Puerta de la Carne.
FRAGUAS DE TRIANA
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.
F.G.Lorca
Los gitanos canasteros venían vendiendo su género por los patios, bien en carros o en borricos y se volvían a sus asentamientos en el campo. De los distintos oficios practicados por los gitanos, tradicionalmente artesanos, destaca el anteriormente citado; también se dedicaron al hospedaje, mesoneros y venteros hubo conocidos y populares, así como también los hubo con profesiones sedentarias como los agricultores, aunque en menor medida. Pero el oficio por antonomasia, y más extendido entre los gitanos andaluces, era el de herrero, y tal cantidad hubo de herrerías en esta tierra, que sólo se explica por la oposición del gremio de forjadores franceses a que los calés ejercieran la actividad en territorio gabacho, hecho que bien pudiera haber provocado la llegada masiva a España de herreros gitanos, así como la proliferación de sus negocios . De modo que la producción de herraduras, alcayatas y pequeña herrería tuvieron un alto porcentaje de fabricación en la forja de los “castellanos nuevos”.
Seguirá…
Fuente consultada: Alma mater hispalense, Los gitanos en Andalucía. Siglo XVI. Universidad de Sevilla.
José Luis Tirado Fernández
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