¡Buenas!… ¿Hay alguien por Triana o se ha ido todo el mundo al Rocío?… Da igual, hablo sola y cuando volváis aquí me encontraréis. Vamos a ver, me gusta hablar con gente, pero si no hay, no tengo problemas, hablo igual y eso tiene sus ventajas: nadie me contradice, me doy la razón en tó y, encima, me desahogo un rato que eso es muy bueno y generoso, pues llevar las cosas dentro no es saludable y para colmo, muy egoísta, porque escuchando a los demás, ¡lo mucho que se puede aprender!
Bueno, vamos al lío… Hoy sí me gustaría saludar a dos trianeras que yo las he bautizado como Paquita y Chelo. ¿Quiénes son? Ni idea, pero desde que las vi en el video de “PuenteSiete” en la salida de la hermandad del Rocío de Triana me enamoraron; dos mujeres que, las mires por donde las mires, no tienen desperdicio. Con su flor en la cresta, una iba vestida de rojo y otra, de rosa. Trianeros, las doñas no dejaron de bailar hasta que las perdí de vista pasada la hermandad de la O. ¡Qué brío, ímpetu y alegría en sus cuerpos! Porque edad tienen la suya y, sin embargo, no restaba juventud en sus rostros y ganas de vivir el instante presente en su actitud, ¡olé vosotras!
Y a ellas dos en especial y a todas las trianeras, mujeres, ahí es na, quiero dedicar estas palabras…
“Hoy me levante con nombre de mujer prendido en mi garganta, maniatado en mi corazón.
Sí, tú, esa que mira descarada y desafiante, esa que se sonroja y baja la cabeza. Sí, tú, mujer de cuatro vértices y alma de aire.
Tú, mujer, de ojos de colores en tierra y vespertinos, mujer de puertas abiertas y palabra entrecortada, verbo veraz, lenguaje certero, y voz de compromiso. Sí, tú.
Tú, mujer, que callas y respondes con manos de hechos tajantes. Mujer de campos arados, de cosechas y otoños, primaveras, inviernos y veranos perdidos. De luces y sombras donde cobijar tantos preludios y desencantos.
Mujer directa, mujer invisible pero siempre mujer.
A ti, nunca te hablé pero nunca ignoré… ¿Para qué?
¿Para qué voy a decir si toda tú eres real? Eres mujer
No somos víctimas aunque así nos etiqueten. No, ni mártires. No, me niego a que así me vean y cataloguen.
Nos podrán clavar dagas, sesgar la vida, pisarnos y hasta escupirnos pero jamás anular dignidad y fortaleza, nuestra bandera.
Somos tierra, somos siembra, somos luz… Somos mujeres, mi queridas trianeras”
…Espero que os haya gustado, y ya solo queda despedirme de ti mi querido Triana hasta la semana que viene, eso sí, con palabras que no son mías pero que me parecieron preciosas:
¡Viva al barrio de Triana, Viva Triana, Viva la Virgen del Rocío, viva la Blanca Paloma, Viva nuestro padre Jesús Nazareno, Viva la reina de las marismas, Viva la madre de Dios!
M Ángeles Cantalapiedra, escritora
©Largas tardes de azul ©Al otro lado del tiempo ©Mujeres descosidas ©Sevilla…Gymnopédies
Foto extraída de ABC Sevilla, autor Manuel Gómez