¿Sabías que vino de ultramar?
Hermoso ejemplar de ficus plantado ante la fachada de la iglesia conventual de San Jacinto. Un fraile dominico lo trajo desde Puerto Rico en el año 1913, sustituyendo a otro que la fuerza de un viento huracanado había quebrado.
La exuberante fronda de este árbol cobija y refresca una cruz de humilladero y los recuerdos de los viejos trianeros que acomodan sus tertulias en los anchos pretiles que cercan su atrio.
Ángel Bautista Guerrero
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