La leyenda de Vázquez de Leca

Santa Ana, calle Vázquez de Leca en1930

Hay en Triana una calle pegada a la Iglesia de Santa Ana que se llama Vázquez de Leca. Ésta es su historia.

Mateo Vazquez de Leca, sobrino del secretario particular de Felipe II del mismo nombre y apellido, fue bautizado en la citada Parroquia de Santa Ana el 22 de noviembre de 1573.

Según cuenta la leyenda, era un mozo galán y lúcido que gozaba de todos los regalos que la fortuna podía proporcionarle. Como era «sobrino de» y además su tío era canónigo y arcediano de Carmona, se crió en el palacio arzobispal a la sombra del cardenal de la época que era el célebre Rodrigo de Castro.

Cuando murió su tío, heredó los cargos eclesiásticos que en aquella época era algo que se estilaba. Y aunque no tenía la edad requerida para ello, Felipe II  de su puño y letra en una carta, se encargó de recordar al cardenal Rodrigo de Castro «lo mucho que debía a su tío».

Total, que el muchacho se encontró con todo: era joven, tenía fortuna por su familia y un cargo prestigioso gracias a su tío.

Ordenado de diácono, se paseaba por Sevilla como un pavo real.

«Como la edad era poca y la renta mucha, no fueron sus pasos tan ajustados a las obligaciones que en el estado eclesiástico le ponían» 

Aranda.

Vázquez de Leca_ TrianaOcurrió entonces, en 1602 cuando contaba 29 años, que tras la procesión del Corpus de aquel año en la que había participado «con mucho lucimiento de su persona»,  se paseaba por las naves de la catedral ya atardecido. Sintió entonces que una muchacha que iba cubierta le llamaba para que le acompañase. Por supuesto, la acompañó con bastante curiosidad y cierto morbo. Al llegar a la capilla de la Virgen de los Reyes él le pidió que se descubriera y como no decía nada, lo hizo él quitándole el manto del rostro. Lo que vio entonces le heló la sangre.

Salió corriendo hacia su casa, se puso los vestidos de un criado y acudió a ver al padre Fernando Mata, sacerdote ejemplar de la época. Se acogió a la dirección espiritual del mismo y la vida del arcediano cambió radicalmente.

¿Pero qué vio? Una tradición dice que vio un esqueleto, otra dice que fue conversando con la mujer hasta la Feria y que cuando la persuadió para que se descubriera y verla vio un cadáver.

Sacristía de los cálicesLo cierto y verdad es que, pasara lo que pasase, Mateo Vázquez de Leca cambió radicalmente. Se ordenó sacerdote y posteriormente encargó al genial escultor Martínez Montañés que hiciera un Cristo con la mirada compasiva hacia el penitente orante y éste hizo el Cristo de la Clemencia. Vázquez de Leca lo donó al monasterio de la Cartuja. Cuando se exclaustró el monasterio por lo de la Desamortización, se llevó el Cristo a la catedral y se colocó en la sacristía de los Cálices, de ahí que se le conozca como el Cristo de los Cálices.

En la actualidad este Cristo tiene su propia capilla en la catedral.

 Escultura del Cristo de la Clemencia o de los Cálices (1603-1604), sacristía de la catedral de Sevilla. Fue realizada por encargo del arcediano hispalense Mateo Vázquez de Leca.
Escultura del Cristo de la Clemencia o de los Cálices (1603-1604), sacristía de la catedral de Sevilla. Fue realizada por encargo del arcediano hispalense Mateo Vázquez de Leca. Actualmente tiene su propia capilla

El Cristo de la Clemencia es por su belleza corporal y la serenidad de su expresividad espiritual una de las obras más perfectas de la escultura barroca española.

 

 


Elaboración propia: El Diario de Triana.

Fuentes consultadas:

  • Cuadernos medievales. U.S.
  • La Sevilla que se nos fue. JM de Mena
  • Leyendas de Sevilla – C. Ros

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