ESTRELLA SUBLIME

Virgen de la Estrella

De costumbres se hace la vida y sobre ella se escriben capítulos enteros de momentos sublimes. También, de penas si no, no sería vida. Y esos renglones  que has escrito en días de luz y color, después, los guardas en los bolsillos del corazón y, así, calentar esos inviernos fríos que llegan azotando a tu piel de hombre…

No escatimes momentos de luz, vívelos de intensidad a intensidad. Huélelos, saboréalos, míralos de frente y de costado y, más tarde,  en la soledad de tus silencios más hermosos, colma tus recuerdos de dicha sublime.

Yo, en Triana, me siento en casa, es mi hogar, ese que no exhibo y que vivo hasta en la distancia. No soy de allí, cierto es, pero uno es de donde se siente y eso ni un papel te lo puede arrebatar. En Triana no poseo propiedad alguna, toda ella es mi morada… Y todo esto digo, cuento, recordando aquel 17 de marzo, año 2019, cuando viví, una vez más la esencia de mi Triana y bebí de su piel, apostada en un murete de Rodrigo de Triana, corriendo por mi garganta un suave fino en la bodega Vargas. Envuelta en la cadencia del azahar, empaquetado el olfato de inciensos, mis ojos henchidos de sus gentes, y mis oídos bailando sobre una marcha procesional. Cantando a viva voz una Salve, ¿a quién? A La Estrella y a sus Penas… Fui tan feliz que creí tocar el cielo. Sí, ese que Dios, esa mañana, había pintado de zarco, añil, de cobalto y azulete.

De azul se viste Triana,

Estrella se siente

y bulla en su alma.

De corazón a corazón,

Triana se mueve

llevando a su Estrella.

Sí, Esa que un día voló de su bóveda más celeste

refugiándose en un terruño

al que llamó Triana.

Desde entonces,

en Triana no hay más Estrella que Ella,

que vela tu lágrima,

que acuna tu pena,

y besa tu alma.

No hay Estrella más sublime

Si no es en Triana.

MªÁngeles Cantalapiedra, escritora

©Largas tardes de azul© Al otro lado del tiempo ©Mujeres descosidas ©Sevilla…Gymnopédies

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