Curiosamente son numerosas las veces que hayamos podido ver este azulejo de la madre de los trianeros en las redes sociales, pero ¿por qué no indagar en las manos que hicieron que esta bendita obra de la señora de la Esperanza viera la luz?.
Pues bien como ya todos habéis podido comprobar esta maravillosa pieza ceramista de la Reina de Triana salió de las manos de don Francisco Moya, ceramista profesional donde los haya y natural de los Molares (Sevilla) aunque criado en Dos Hermanas, localidad que nuestro artista define como trianera donde las haya.
Los inicios de este gran, y hasta el momento para muchos desconocido artista, en el mundo de la cerámica comienza cuando ingresa como aprendiz en Hispalcerámica, para posteriormente entrar a trabajar con Antonio Fernández (natural del Barrio de Triana). En su siguiente etapa nuestro artista entraría a trabajar en talleres de la localidad de Benacazón en el equipo de Joaquín Soriano, de quien decide con el paso de los años separarse e iniciar su propia andadura en el mundo de la cerámica únicamente acompañado de las manos que desarrollaron el don que Dios le había otorgado, recibiendo en la actualidad encargos a nivel nacional de todas las localidades y pueblos de España.
Don Francisco Moya o más bien como el quiere que le llamemos, coincidiendo con su nombre profesional, Paco Moya, nos ha recibido en la jornada del día 26 de junio en el Mercadillo artístico que tiene lugar todos los domingos en la ya conocida como Plaza del Museo donde todas las semanas tenemos el privilegio de observar una explosión de arte, en la que cada vez son más los artistas que nos hacen descubrir un pedacito de su alma en forma de lienzo, de cerámica o simplemente de papel.
Paco nos abrió su rincón guardado bajo la sombra de una calurosa mañana de junio en su plaza situado frente a la mismísima puerta del museo de Bellas Artes, de tal manera que nos mostró alguna de las obras que tuvieron el privilegio de salir de sus manos y fijándonos principalmente en el retablo que guarda el rostros sublime, radiante y conmovedor de nuestra Esperanza trianera, a la que nuestro autor definió como una de las principales musas de inspiración en el mundo de la cerámica en los retablos y cuya belleza y sencillez le deja cada vez más conmovido a nivel personal.
Paco se define y realmente lo podemos definir como un artista innovador y cuyo objetivo es adaptar el mundo de la cerámica a nuestro siglo, aunque siempre respetando las tradiciones. Por tanto podemos definir a Paco Moya como un artista innovador que está iniciando la apertura de nuevos cánones en este mundo y el cual considera a la madre de todos los trianeros como un sueño de inspiración, además de una fuente inagotable de belleza y calificándola como un referente en la vestimenta de hebrea de la dolorosa sevillana.
Con este artista queda realizada una nueva apertura de innovación que basándose en la sencillez de una imagen vestida de hebrea, Paco Moya ha querido deleitar nuestros ojos y nuestros corazones con la que para muchos artistas de la pintura, el flamenco, la cerámica y la poesía ha sido fuente inagotable de inspiración, demostrándonos una vez más de que gracias a una tarde de paseo en una de las plazas más prodigiosas de Sevilla hemos descubierto a un gran artista que nos ha traída una pizca de dulzura a nuestras retinas y que desde Triana estamos seguros de que además de lo ya conseguido dará pasos aun más fuertes y reconocidos en este arte en el que su principal compañía será su cerámica, su pintura y sus bocetos; además de su mujer y sus hijas, a las que con frecuencia les inculca la pasión por este arte.
Gracias Paco por abrirle a Triana las puertas de ese pequeño rinconcito de la Plaza del Museo y para concluir decirte que tuya es la técnica, tuyo el arte y tuyo es el acompañamiento mutuo de la que para ti es fuente eterna de inspiración, Nuestra Esperanza de Triana
Manuel Canela Fraile
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