YA VIENE FEBRERO

Mi querida Triana…

Ya muere enero entre lluvia, temporales, nieve y soles mestizos.
Ya se va un mes de cuestas, resacas y rebajas.
Parece que fue ayer cuando doce campanadas nos abrían las puertas a un enero inhóspito per se y, ya ves, ya se fue, y llegó febrero, un  febrero cortito y carnavalero, amoroso y cuaresmal, aunque este año es bisiesto, y este mes se vista con un día más.

Febrero de colores, entre chirigotas y disfraces, y siempre al sur, pues para conocer su idiosincrasia vete a las islas, marcha a Cái. No gastes tiempo  en grandes almacenes de amores ficticios cada catorce de febrero, que vende igual un mes blanco que una colonia empaquetada, pero jamás un beso, un beso que se siente entre dos bocas que se aman.

Yo, Triana, prefiero perderme en ensortijadas callejuelas en penumbra, y pies racheando a un Cristo, mientras, en la calle de al lado, un costalero ensaya bajo hormigón. Mes de música de capilla, polvo de incienso y cirios color tiniebla, dejando a su pasar aromas de preludio primaveral, y un callado rezo de antaño…, así es mi Sevilla que se cuelga en mi ánimo para festonear mi corazón.

También, Triana mía, me gusta la luz de Cái riéndose con gracia de las penurias de doce meses, de políticos descerebrados y famosos sin fama.
Me gustan las Canarias, de plumas de avestruz en su esencia de arcoíris, y el ritmo en sus caderas. Y me gustas tú, Triana, desplegando el orgullo de una de tus máximas tradiciones, expresiones que galopan en tu alma de naranjo en vísperas de azahar.

Me gusta febrero, me gusta mi tierra, me gusta España, de osadía y coraje contradictorio, que pasa del negro al blanco sin jalear sus pestañas. Esta tierra nuestra que, a veces, de tantas piedras que se tira sobre sí misma, cae moribunda en su figura parcheada. Pero, aún con eso, no temo por ella. Es de raza, es vehemente, es crítica, es cínica, es leal, es alegre, aunque a veces algo pusilánime, pero ella, ella siempre resurge de sus cenizas calcinadas por tanto pelagatos suelto. Así es mi España que, en febrero o en marzo, se viste, se disfraza y siente.

Mi amada Triana para un instante. Observa, huele, siente y después, sigue escribiendo tu febrero más íntimo, más tuyo, entretanto, yo cuento los días para volverte a ver.

 

M Ángeles Cantalapiedra, escritora
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